Un video compartido atrajo la atención de la comunidad en línea cuando un dragón de Komodo adulto se apresura a atacar a una cabra joven antes de tragarla momentáпeamente.
El video comienza con un dragón de Komodo olfateando un objetivo que es una cabra joven a su alcance. Inmediatamente, se abalanzó y trató de morder a la presa con su amplia boca.
Lo que más sorprende a los espectadores es su increíble flexibilidad. A pesar de su apariencia algo lenta, los dragones de Komodo en realidad pueden moverse muy rápido, y la forma en que lanzan ataques también hace que los oponentes no puedan reaccionar.
Después de resbalar en el primer bocado, el depredador sediento de sangre no se da por vencido, sino que continúa persiguiendo a la presa que huye y no le da la oportunidad de sobrevivir.
Con solo un mordisco en el cuerpo, el dragón de Komodo hizo que su presa perdiera su capacidad de resistencia. La fuerza, la flexibilidad y la precisión son lo que los convierte en uno de los cazadores más temidos del este de Indonesia.
Se puede ver que la cabra no es de tamaño pequeño. Sin embargo, en lugar de devorar a su presa como en la mayoría de los casos, el dragón de Komodo devoró inmediatamente al pobre animal. Esta forma de comer carne se suele observar en algunos reptiles como pitones, serpientes, etc.
Después de todo, después de unos pocos segundos, la cabra desafortunada estaba en el vientre del depredador de sangre fría.
El dragón de Komodo (nombre científico: Varanus komodoensis) es un gran lagarto que se encuentra comúnmente en las islas de Indonesia. Son miembros de la familia Varanidae, y son los lagartos vivos más grandes, con una longitud corporal máxima de 3 metros y un peso de unos 70 kilogramos.
A pesar de su gran cuerpo, corren bastante rápido, pudiendo alcanzar velocidades de unos 20 km/h. Además, también pueden sumergirse bajo el agua a 5 m de profundidad y trepar a los árboles como otras lagartijas.
No hay duda de que los dragones de Komodo son carnívoros. Sus presas preferidas son los invertebrados, las aves, los herbívoros e incluso los mamíferos.
El ataque más mortífero de los dragones de Komodo proviene de sus bocas, que están llenas de dientes afilados. En promedio, los dragones de Komodo tienen más de 60 dientes, de unos 2,5 cm de largo, en forma de gancho, lo que les facilita rasgar la piel de sus presas e infligir heridas graves.
No solo eso, la boca del dragón de Komodo también tiene veneno en forma de proteína, secretado por dos glándulas en la mandíbula inferior, e incluso su saliva contiene hasta 50 tipos diferentes de bacterias.
Son toxinas que tienen efectos anticoagulantes, paralizantes y agotadores. Solo un mordisco de este dragón puede envenenar a la presa y luego morir antes de ser tragado por él.
Los dragones de Komodo son comedores voraces, pudiendo comer hasta el 80% de su peso corporal en una comida. Después de comer, los dragones de Komodo a menudo tienen que arrastrarse hasta un lugar soleado para acelerar la digestión. La razón es que la comida en su estómago puede pudrirse y causar envenenamiento si se deja por mucho tiempo.
En el este de Indonesia no hay otros grandes carnívoros, y el dragón de Komodo puede considerarse la especie dominante, sin competencia en estas islas aisladas. Por lo tanto, tienen una gran oportunidad de crecer.