En el árido desierto de Atacama en Chile, las condiciones de sequedad han impulsado a una tribu creativa a practicar la técnica de momificación hace unos 7,000 años.
A través de los siglos, los cuerpos humanos sentados en la arena de Atacama en Chile han mantenido su cabello, piel y vestimenta. Estos cuerpos momificados han sido una inspiración para la tribu Chinchorro, que habitaba en el desierto. Viviendo en aldeas pesqueras a lo largo de las costas de Chile y Perú, los Chinchorros comenzaron a momificar cuerpos desde el año 5050 a.C., miles de años antes que los antiguos egipcios.
Un cadáver momificado de un niño descansa sobre una estera tejida con hojas de palma. En el pasado, los órganos internos del cuerpo fueron retirados antes de rellenarlo con tierra, y luego se espolvoreó polvo de manganeso sobre el cráneo.
Los expertos creen que la técnica de momificación de los Chinchorros surgió hace unos 7,000 años cuando las precipitaciones en los cercanos Andes aumentaron. Los antiguos egipcios solo momificaban a reyes, miembros de la realeza y personas de alto estatus ѕoсіаɩ, mientras que los Chinchorros momificaban a todos los miembros de su sociedad.
Además de la aridez del desierto de Atacama, el aumento de la población de los Chinchorros hace 7,000 años podría haber sido un factor que impulsó la práctica de la momificación. Cuanta más gente haya, más personas hábiles y creativas habrá. La momificación es una técnica compleja, y con una sociedad más grande, se hace más fácil su aplicación.
Los restos de ballenas fueron utilizados para marcar la distinción entre las momias de adultos y niños.
Los Chinchorros solían fijar las articulaciones con саñas y tierra y usaban piel falsa hecha de tela.
Una envoltura de momia de 2,000 años de una mujer hecha con esteras de lau, саñas, cuerdas y piel de animales.
El cuerpo momificado de un niño atado a un marco de madera. Según la tradición de los Chinchorros, los niños eran atados a estos marcos para que sus padres los cargaran en la espalda, tanto en vida como en muerte.
Una colección de momias de los Chinchorros en un museo en la ciudad de Santiago, Chile.
Una máscara sobre la momia de un niño sostenida por una pieza de madera que se sobresale del cráneo.